La arquitectura del conocimiento en relación útil con el diseño de la educación a distancia. Un aporte.

La palabra "diseño” (design: otorgar signo/significación)  indica una concepción de la mente que construye el valor especifico de algo, es decir agrega un plus abstracto a una propuesta simbólica. Es  una (re)creación o  una invención de ideas para que las  cosas existan, y así, que el mundo conforme al pensamiento.[1]
Los diseños contemporáneos reflejan estilos que han provenido en general, del arte y la arquitectura. Luego han sido cientificistas. Hoy se han extendido en sus modelos de pensamiento y realizaciones materiales y simbólicas, dentro de paradigmas conceptuales más amplios, incluyendo las expresiones creativas dentro de marcos fractales, de borrosidad estructural, de redes con entrelazamientos que mezclan contenidos y significantes, y otros.

Sin embargo en términos de un diseño educativo en general y a distancia virtual,-a pesar que contradictoriamente se estimulen los diseños abiertos y altamente participativos-, en particular, la arquitectura del conocimiento debería relacionarse con los principios de ordenamiento y categorización de las áreas de conocimiento y de sus contenidos , si se desea alcanzar entre otros componentes, un  mejoramiento de la calidad educativa de la enseñanza y aprendizaje en línea, que no siempre se realiza.

Deberías adoptar el  presupuesto  que el conocimiento presenta modelos o estructuras discriminables, que  se pueden organizar de acuerdo a las áreas disciplinares (con tendencia interdisciplinar) dentro de algún diseño/plan inteligible.

El diseñador educativo si posee una  perspectiva sistémica y sistemática para abordar y reconocer  los tipos de conocimiento,- lo que debería ser objeto de su formación-, poseería un recurso esencial para tomar  decisiones inteligentes sobre el contenido ,- el que se debe  articular en el EVA-, para enseñar y aprender en profundidad para el caso, en la virtualidad.  Por supuesto es  altamente aconsejable seguir los lineamientos de la psicología educativa cognitiva[2], la socio-constructiva y otras afines.

Articular estos elementos en el diseño del entorno de aprendizaje (o sea explorando y explotando los recursos que brinda el software que se decide utilizar), en equipo con los expertos de contenidos ( o la bibliografía actualizada  a consultar), y los profesores/as es muy satisfactorio para el aprendizaje y aplicable a  actividades concretas.
Ello permitirá  al estudiante recrear los contenidos y compartirlos en la comunidad de aprendizaje y transferirlos a la acción. A su vez, el profesor/a y tutores/as,   poseerán  un esquema de categorías arquitectónicas del conocimiento de las diversas áreas de contenido, o de su área en particular, que le permite considerar, en forma clara, ordenada y secuenciada (lo que no necesariamente significa lineales o  jerárquicas), el ámbito de lo que debería enseñar / orientar a través de la comunicación a distancia. También  podría  reconocer las jerarquías de conocimiento a aprender, por orden lógico, de  facilitación psicológica, o importancia. También omisiones de contenido en que quizás se haya incurrido, y/o el grado de equilibrio que poseen.
Podrá, a su vez, sugerir y compartir en su “comunidad de práctica “sobre la organización de la enseñanza (en los módulos u otros en la enseñanza virtual) y  cómo ha sido su posibilidad de establecer relaciones provechosas entre  categorías diferentes de conocimiento con diferentes estrategias de pensamiento. Es decir, sin  categorización no habría provocación del pensamiento ni de la/  inteligencia/s.

La experiencia caótica de Internet llega a configurarse en  una profusión de impresiones inconexas sin una categorización del conocimiento. Por lo cual, se trata de un recurso valioso para quienes deben diseñar y enseñar en programas educativos y proyectos de educación a distancia.

Toda categorización consiste en hacer inteligible la experiencia. Una  categoría es un concepto de clase (para este caso, de contenido), que relaciona distintas entidades de acuerdo con alguna identidad formal. Esta capacidad de reconocer la identidad en la diferencia, pero de modo interrelacionado, es central  en toda actividad intelectual, como también para anclar posteriores experiencias cognitivas, y economizar esfuerzos en el aprendizaje. Aprendizaje que debe contextualizarse y ajustarse según los factores sociales, culturales de la realidad particular donde se encuentra la oportunidad educativa.

 Ni pensar en la enseñanza mediada virtualmente por EVA con tecnologías y formatos diversos!





[1] Carl Mitcham (1994) Thinking through Technology. The Path Between Engineering and Philosophy, de Carl Mitcham. Chicago, University of Chicago Press. USA. 
[2] Ausubel, D. (1989) Psicología Educativa, Trillas, México

Comentarios